Introducción
El término “Terapia de una sola sesión” o “Terapia de sesión única” puede provocar diversas reacciones entre los profesionales de la salud mental.
Posiblemente la más común de estas reacciones sea una de incredulidad. Y es normal que nos resulte difícil (si no es que imposible) creer que en una sola sesión de terapia, una persona pueda lograr cambios positivos para su vida; sobre todo si tomamos en cuenta que la mayoría de modelos de psicoterapia contemplan varias sesiones de psicoterapia con una frecuencia obligatoria (normalmente de una sesión por semana) para poder observar cambios favorables.
La intención de este artículo es describir la terapia de sesión única y desmitificarla, alejándola de los derroteros d ela incredulidad y acercándola a que sea percibida como una forma de tratamiento válida, útil y, en ocasiones, hasta necesaria.
Ya hemos realizado un video sobre este tema en nuestro canal de Youtube, de manera que lo incluímos a continuación en el caso de que desees verlo.
El origen de la Terapia de Sesión Única
A finales de la década de 1980, Michael Hoyt, Moshe Talmon y Monte Bobele trabajaban en una organización de cuidado para la salud llamada Kaiser – Permanente, ubicada en la ciudad de Oakland en el estado americano de California.
Mientras trabajaban ahí se dieron cuenta de que muchos de los pacientes venían solo una vez a una sesión de psicoterapia y ya no volvían a acudir a citas subsecuentes. Esto era algo que les extrañaba mucho porque no sabían si los terapeutas no estaban bien capacitados, o si las personas se sentían incómodas con su terapeuta, o que el modelo de terapia no estaba funcionando. En fin, que no sabían por qué las personas ya no volvían.
Para resolver esta pregunta, Hoyt y Talmon, junto con Robert Rosenbaum y Monte Bobele, decidieron hacer un seguimiento a todos los pacientes que ya no volvían a una segunda sesión para averiguar por qué ya no volvían.
Para su sorpresa, muchos de estos pacientes les respondían que habían obtenido lo que necesitaban de esa única sesión de tratamiento, que no necesitaron acudir a más sesiones, que era todo lo que necesitaban, etcétera.
Este resultado fue sorprendente para ellos, pero también notaron que habían otras investigaciones que revelaban que entre el 20 y el 60% de quienes acudían a terapia iban solo una vez.
Todo esto les pareció tan interesante, que decidieron estructurar su propio estudio.
Tomaron a 58 pacientes nuevos y estructuraron la primer sesión con cada uno de estos pacientes como si esta fuera la única sesión que los fueran a ver. Esto implicaba que tanto terapeuta como paciente compartieran la expectativa de que esa sería la única sesión te la terapia.
Los resultados nuevamente fueron sorprendentes.
El 59% de estos pacientes salieron sintiéndose satisfechos con el tratamiento que recibieron y no sintieron la necesidad de agendar una siguiente sesión.
Asimismo, el 88% reportó haber tenido una mejoría incluso hasta 3 meses después de la sesión.
Estos resultados fueron bastante alentadores para Hoyt, Talmon y Rosenbaum, de tal manera que comenzaron a estructurar una manera de hacer una terapia completa dentro de una sola sesión de terapia y obtener el mayor provecho de esta.
Los tres presentaron sus hallazgos en la primera Brief Therapy Conference llevada a cabo por la Milton H. Erickson Foundation en San Francisco, California.
Esta presentación causó bastante revuelo.
Por un lado estaban los terapeutas incrédulos que pensaban que esta forma de terapia es una terapia de “curita”, que no arreglaba realmente nada; mientras que otros terapeutas se vieron intrigados por estos resultados y comenzaron a seguir los pasos a este equipo de investigación.
Conforme iban avanzando en la práctica de la terapia de sesión única, los cuestionarios que entregaban a sus pacientes revelaban que estos no solamente obtenían bastante de su sesión y que creían que habían obtenido lo que necesitaban en ese momento, sino que, en otras ocasiones, resolver un problema por muy pequeño que fuera lograba generar cambios mayores enotras áreas de la vida de los pacientes.
¿Qué es la Terapia de Sesión Única?
Según Hoyt, Rosenbaum y Talmon, la Terapia de Sesión Única no es precisamente un modelo de psicoterapia; sino más bien es una forma de prestación del servicio de la psicoterapia.
Mientras que las sesiones semanales son una forma de prestar el servicio de la psicoterapia independientemente del enfoque de la terapia, la Terapia de Sesión Única constituye otra manera de prestación de este servicio.
La Terapia de Sesión Única es un proceso de terapia donde tanto el terapeuta como el paciente comparten la expectativa de que esa será la única sesión en la que se van a ver, y de que esa sesión podría ser la única necesaria para ayudar al paciente a darle ese empujón que necesita para resolver su problema o mejorar algún aspecto de su vida.
La Terapia de Sesión Única puede ser practicada bajo cualquier orientación terapéutica; sin embargo la literatura disponible acerca de esta forma de hacer terapia generalmente va en dos sentidos: por un lado están Hoyt, Talmon y Rosenbaum que son más estratégicos o centrados en soluciones, mientras que por otro lado, en Inglaterra, está Windy Dryden que escribe sobre Terapia de Sesión Única bajo el enfoque cognitivo-conductual.
Hay también algunos otros términos que es importante revisar cuando se habla de Terapia de Sesión Única, como los que siguen.
La Terapia sin Cita Previa o “Walk-in Therapy”
En la Terapia sin Previa Cita, el paciente simplemente se presenta en la recepción de la clínica, solicita tomar terapia en ese momento, probablemente se le otorgue un cuestionario para que lo llene y, a más tardar, dentro de la siguiente hora, estaría iniciando su primera y única sesión de terapia.
Esta forma de Terapia de Sesión Única ha sido particularmente útil en contextos donde las personas no están acostumbradas a ir a un proceso psicoterapéutico sesión por sesión.
Por ejemplo, en la universidad Our Lady of the Lake, en San Antonio, Texas, abrieron clínicas comunicarias en los barrios más desfavorecidos de tal manera que quienes quisieran tomar terapia pudieran tomarla en el momento en que lo desearan, ya sea porque estaban atravesando por una crisis, porque estaban teniendo dificultades, etcétera.
La terapia sin cita previa permite “capturar” ese momento en el que la persona está dispuesta a hablar sobre su problema y también está receptiva a recibir orientación de un terapeuta.
Esto facilita mucho las cosas si se le compara con aquellos procesos en los que una persona llega, solicita una cita de psicoterapia, se le hace una serie de evaluaciones para ver si puede ser tratada, se le coloca en una lista de espera que puede durar semanas o meses de tal manera que cuando llega el momento de la terapia, la persona no se presenta porque ya no necesita la terapia o porque ya no lo necesita.
Terapia de Una Sesión a la Vez o “One At A Time Therapy”
Hay ocasiones en que las personas sienten que necesitan más de una sesión para trabajar con su problema, pero no quieren o no pueden someterse a un procedimiento tradicional.
Cuando se finaliza una sesión de terapia de sesión única, se le puede decir al paciente: “espero que esta sesión sea suficiente para ti; sin embargo, si por cualquier razón necesitas otra sesión, puedes agendarla cuando gustes”.
Así, se puede crear un proceso terapéutico en el que la persona venga a terapia cada vez que sienta que lo necesita. Esto puede ser una vez cada semana, mes o año, pero siempre cada sesión de llevará de tal manera que tanto el terapeuta como el paciente tengan la expectativa de que probablemente esa sesión será la única.
¿Cómo funciona la Terapia de Sesión Única?
Para que un tratamiento de TSU de resultados óptimos, es importante que se cumpla ciertas condiciones:
- La mentalidad compartida entre terapeuta y paciente de que esa sesión puede ser la única, y que puede ser todo lo que el paciente necesita para resolver su situación.
- Recibir al paciente lo más cerca posible del momento en el que siente que tiene la necesidad de tener una sesión de psicoterapia. De esta manera se “captura” al paciente con la mayor motivación posible para el cambio.
- Centrarse en lo que el paciente debe hacer de hoy en adelante para resolver la situación, más que comprender las causas del problema.
- El terapeuta debe tener la convicción de que el paciente tiene los recursos que necesita para resolver su situación, y debe ser capaz de comunicárselo masivamente al paciente.
Conclusiones
Hoyt piensa que la TSU no debería sustituir a la prestación del servicio de psicoterapia en varias sesiones programadas, dado que hay personas que se adaptan mejor a una manera o a otra.
Hacer TSU podría significar abandonar la postura de “como yo soy el profesional, yo soy el único que sabe la manera en la que tu puedes cambiar” y pasar a una postura más del tipo: “tú eres el mayor experto en ti mismo y tú sabes qué es lo que te puede funcionar para cambiar”.
Hoyt y Talmon piensan que la terapia tradicional debe seguir, y que se trata más bien de ofrecer más opciones a las personas. De flexibilizar y facilitar el ingreso de cualquier paciente a un proceso de terapia, no solo desde el punto de vista de la facilidad, sino también desde el punto de vista económico.
En México, por ejemplo, la TSU puede representar una solución para las personas cuyos ingresos no les permiten pagar procesos semanales de más de 25 dólares por sesión semanal.
Ahora que hemos visto toda esta información, ¿qué piensas tú? ¿Implementarías la TSU en tu consulta? ¿Por qué sí o por qué no? Te leo en los comentarios.